Durante décadas, los jornaleros se han reunido en la esquina de Highland Ave. y Lincoln Dr., cerca de Home Depot en 1055 W. 21st St., en busca de trabajo. Humildemente ofrecen sus servicios en construcción, demolición, paisajismo y trabajos manuales. Hacen carpintería, albañilería, enmarcado, paneles de yeso, electricidad, plomería y muchos oficios más. Como vendedores ambulantes, han alimentado a esta comunidad con alimentos culturalmente relevantes para el desayuno, el almuerzo y la cena.

A veces se lesionan en el trabajo y descubren que las leyes de compensación laboral no los protegen. A menudo, sus salarios son robados. Al aire libre, esperan trabajo en el frío, la lluvia y el calor. Nadie les garantiza un trabajo y mucho menos un pago. Han sufrido acoso por parte de grupos antiinmigrantes, la patrulla fronteriza y funcionarios de inmigración, quienes los han perfilado racialmente por el color de su piel. Estas agencias han tratado de deportarlos e intimidarlos. En definitiva, son trabajadores precarios, vulnerables a la explotación.

Pero las condiciones se volvieron intolerables en noviembre pasado cuando el SBPD y la policía llevaron a cabo una operación a gran escala contra jornaleros y vendedores ambulantes y los criminalizaron. Varios de ellos fueron acusados de infracciones menores, como pararse en la propiedad de otra persona o estacionar incorrectamente. Es claro que el operativo no tenía nada que ver con la legalidad sino que buscaba hacerles sentir que no son bienvenidos a ejercer su derecho a la libertad de expresión y buscar dignamente su pan de cada día. Sin embargo, los jornaleros reconocen su propio valor, no solo como trabajadores esenciales que, a pesar de la pandemia, han sacado adelante esta economía, sino como seres humanos con dignidad, que es fundamental para su existencia.

Por lo tanto, nos solidarizamos con los jornaleros y estamos de acuerdo con sus demandas enumeradas:
- Un centro de trabajadores otorgado por la dirigencia Municipal, donde tienen acceso a un techo en épocas de frío y calor, a servicios higiénicos para sus necesidades biológicas; al personal que los apoya en la negociación de salarios justos
- Condiciones de trabajo seguras
- Ayudar a cobrar el pago cuando sufren robo de salario
- Protección contra ataques racistas por parte de funcionarios municipales y federales y supremacistas blancos.
- ½ millón de dólares como capital semilla para iniciar el proyecto, financiar el terreno y cubrir los costos de construcción y puesta en marcha
- $150.000 cada año hasta que el Centro sea autosuficiente

Lo anterior es solicitado por jornaleros y vendedores ambulantes de San Bernardino junto a sus familias, vecinos y aliados. Nos unimos a ellos en esta lucha por la justicia. Los jornaleros buscan la oportunidad de luchar por sus derechos, abogar por sus propios intereses y mejorar su calidad de vida y la de sus vecinos en la ciudad de San Bernardino.

¡Estén atentos para más información por venir!